A bordo de un avión.
Al tiempo que avanzo sin moverme
veo el reflejo de mi alma y mi propia pequeñez
siento como lucho contra el fuego soez
y mis propios pensamientos me revuelven.
Las nubes que vemos tan serenas son furiosas
que se golpean y luchan, se despedazan, y en vano intento de separarse, forman nubes otras.
¡Cuanto se asemejan las nubes a la vida!
Moviéndonos en tortuosas esperanzas,
en quebrantos, en motivos inocuos e insinceros.
En cambio más arriba las nubes que vemos tan ligeras,
tan débiles como tenues brochazos de un pintor ocioso,
son poderosas y en sinergia de sus átomos serenos
se mueven con gracia aun siendo gigantescos colosos
Así cuando al plano elevado llegemos
y dejemos nuestros sueños terrenales seremos serenos, móviles y poderosos
aún pareciéndo débiles y sosos
y no seremos tormentosos aparentando ser serenos.
¡Viva la nube, viva lo bello!
Ya en estado temprano o avanzado
aunque es simple en su estructura, considero:
explica fácilmente al "complejo" humano.
2002
martes, 19 de mayo de 2009
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