Noche que robas a mi mente el recuerdo
de antiguos capítulos en tiempos pasados.
Mi ser arrebatas hacia aquellos tiempos
en los que mi alma vivía de ilusiones
acerca de todos los seres humanos,
e historias antiguas de mil obsesiones.
Noche que ocasionas se torne mi mente
en una imperiosa tormenta de ideas,
algunas extrañas, algunas hirientes,
algunas complejas, más otras sencillas.
Mi ser se transforma en la cosa serena
que soñé en el tiempo anterior de mi vida.
Afuera la luna y estrellas vigilan
a sombras que avanzan sin tocar el suelo.
Fantasmas que al irse moviendo destilan
sustancias extrañas que al llegar el alba
se vuelven insectos y emprenden el vuelo,
pero que no alteran ni un poco mi calma.
Sueños clandestinos o insomnios certeros,
parte esencial son de la noche y su magia
que la mente cambia y también los deseos.
Algún ser inocuo se vuelve dañino
y por el contrario le quita la rabia
a algún despiadado y cruel asesino.
La noche es hermosa testigo del tiempo
y horrenda cubierta de crímenes negros.
A un tiempo es hermosa y horrenda, no miento.
De quien este viendo la noche depende
que sea pesadilla o un hermoso sueño;
de bello a monstruoso cambiar los papeles.
La noche es aliada tan fiel del poeta,
como del ladrón que planea fechorías,
la mitad del tiempo del día de un planeta,
hora de descanso para casi todos,
¡Más no para nosotros! ¡Que osadía!
los que el verso hemos escrito a nuestro modo.
1998
martes, 19 de mayo de 2009
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